domingo, 10 de julho de 2011

San Francisco y el pensamiento nietzscheano.


 
Tema: San Francisco y el pensamiento nietzscheano: Sanar nuestro vínculo con el poder (Extracto).
Autor: Leonardo Belderrain, del Convento San Francisco - Buenos Aires.
 
I.- Francisco de Asís y Nietzsche
Durante muchos años se opuso al hombre fuerte de Nietzsche,( la bestia rubia) al hombre solidario que propugnó el Cristianismo. ¿Tales visiones del hombre, son irreconciliables o se complementan? Y a partir de estos cuestionamientos, podemos también preguntarnos: ¿Se puede ser capitalista salvaje y a la vez solidario con los débiles?; ¿Se puede ser un hombre fuerte y creativo viviendo sumergido en la cultura de la pobreza? Si se prioriza el cambio personal, ¿No se refuerza un Estado cada vez mas ausente?, ¿Cómo ayudar a los pobres sin resentimientos, y sin derivar culpas a terceros? ¿Cómo asistir a los menesterosos sin reforzar su lugar de víctimas? ¿ Cómo hacerlo sin conductas paternalistas? Es decir, ¿Cómo proporcionar ayuda a los excluidos para que recuperen su dignidad? Si San Francisco viviera, ¿De quien se compadecería por su escasa felicidad? ¿De un gerente de una multinacional encerrado en el country, agobiado por la inseguridad de su empresa y de la calle? ¿O del piquetero que cobra un plan trabajar a veces no haciendo otra cosa que quemar llantas?
Creo que se compadecería de todos, y sería simplemente solidario con ellos, aunque de distinta manera. Francisco de Asís, aunque en un principio ejerció la caridad con los bienes de su familia, fue madurando con los años y constituyó un modelo de humanidad libre y solidario que trasciende incluso los actuales paradigmas de organización económica. Impulso plenamente la libre iniciativa y el intercambio del hombre burgués; por otro lado relativizó la propiedad privada y enseñó a dar con magnanimidad, sin caer en la frase de Eva Perón: "Cuando los ricos dan, suelen hacerlo con mentalidad de pobres".
Siglos más tarde, Friedrich Nietzsche (1844-1900) intentó mostrar al Cristianismo como la religión de los débiles, que se unían por resentimiento y miedo para oponerse a los "auténticos hombres" poderosos y exitosos. Para él nuestra vida se desarrolla en pos del poder y el comportamiento humano se configura desde allí. El hombre desea el poder sobre sí mismo y la creación; otras clases más brutales de poder son vistas por él como sucedáneos de las dos primeras. La ilusión de una vida mejor tras la muerte sería la compensación de los fracasos de la vida terrenal. Según Nietzsche, el individuo no debe perder su tiempo en adorar dioses imaginarios (el dice: "Dios ha muerto") sino concentrarse sólo en su propio progreso. El ejemplo de esta conducta es el llamado "Superhombre", descrito como un hombre que puede emplear sus pasiones de manera creativa. Nietzsche criticó el Cristianismo de su época por su creencia dogmática en la vida eterna, por su desprecio hacia el cuerpo humano, el sexo y el poder de la razón. Consideró que el Cristianismo al hablar de "amor", busca en realidad solo la salvación personal; de donde la moral cristiana resulta una "ética de esclavos". Creyó que cada sociedad tenía sus códigos morales, sin que una misma moralidad sea apropiada para toda la especie humana. Dijo el autor: "No se puede pensar en aplicar el código moral de San Francisco al genio creativo de Goethe". Y tal vez se equivocó y contribuyó a que Goethe no fuera aun más fuerte. En todo caso, del código moral de San Francisco, jamás emanaría un personaje débil y suicida como Werther, y tampoco del código moral de Francisco podrían surgir hombres con conductas tan propensas al suicidio como la del propio Nietzsche. Según el pensamiento Nietzscheano, el hombre debe ser realista y dirigir su propio destino, alejándose de la desesperación y acercándose al goce y dolor de la vida diaria. Decía: "Mi existencia es una carga horrible y me habría desentendido de ella si no hubiese visto que precisamente en este estado de sufrimiento y renunciamiento casi absoluto era en el que yo hacia las observaciones y experiencias mas instructivas en el dominio espiritual y moral." "Quien ha alcanzado la libertad de la razón, aunque solo sea en cierta medida, no puede menos que sentirse en la tierra como un caminante, pero un caminante que no se dirige hacia un punto de destino, pues no lo hay... Mirará, sin embargo, con ojos bien abiertos todo lo que pase realmente en el mundo; asimismo, no deberá atar a nada en particular el corazón con demasiada fuerza: es preciso que tenga también algo del vagabundo al que agrada cambiar de paisaje. Las convicciones son enemigas mas peligrosas de la verdad, que la mentira. Dios ha muerto; pero dada la manera de ser humana, habrá aun cuevas por millares de anos, en las cuales estas sombras se mostraran. Y nosotros, tendremos que vencer estas sombras igualmente. Invitais a un testigo cuando queréis hablar bien de vosotros mismos; y una vez que lo habéis inducido a pensar bien de vosotros, también vosotros mismos pensáis bien de vosotros. Y después de todo y en la totalidad: algún día deseo solamente asentir. Porque créeme: el secreto para recoger de la existencia los mayores frutos y el mayor gozo es: vivir peligrosamente".
Curiosamente, quien vivió con mayor intensidad estas máximas nietzscheanas, mucho antes que el propio Nieztsche las elaborara, fue Francisco de Asís desde su experiencia mística. Cuenta San Buenaventura que se encontró con el santo un hombre a quien un cáncer le había desfigurado la cara. El enfermo intento arrodillarse a sus pies, pero Francisco se lo impidió y le dio un beso en la cara, y aquel quedo instantáneamente curado. Y la gente decía: "No se sabe que admirar mas, si el beso o el milagro". En general el milagro es - como dice Nietzsche - asumir con crudeza los vacíos y momentos de auténtico placer que pueden darse en el presente; solo ahí esta nuestra salvación y la sana catarsis de otros meta-relatos de salvación que son solo espacios de ensoñación, también para el autentico Cristianismo.
La tradición dice que fue San Francisco declarado santo por el pueblo, antes que el Sumo Pontífice le concediera ese honor, y que si se hiciera una votación entre anglicanos o luteranos y pentecostales muchos estarían de acuerdo en ello. Todas las religiones lo valoran. Para algunos historiadores es el verdadero fundador del vitalismo (vitalismo es la corriente filosófica nacida con Schopenhauer, que llevo a su máxima expresión Nietzsche). Lo quieren los pobres, porque vivió en total pobreza, pero con alegría. Lo estiman los ecologistas porque fue amigo de aves, peces, flores, agua, del sol, de la luna y de la madre tierra.
En "Mas allá del bien y del mal", señala Nietzsche que el hombre no consideró a los animales sino que los dominó y no se vio a sí mismo como animal. La comunicación con los animales es inmediata cuando el hombre alcanza un grado de liberación tal que se aparta de las ideas y temores supersticiosos y religiosos, y olvida hablar de la salvación del alma. Y Francisco la vivió en su camino espiritual.
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